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CONTINÚA FORMACIÓN PARA ORDEN DE LAS VÍRGENES Y CONSAGRACIÓN DE VIUDAS

El lunes 22 de julio concluyó el tercer ciclo de formación de las candidatas al Orden de las Vírgenes y la Consagración de Viudas, que se viene llevando en Arequipa siguiendo la Instrucción “Ecclesiae Sponsae Imago” promulgada en el año 2018 por el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, de la Santa Sede.

La convocatoria y exposición de la citada Instrucción a mujeres interesadas en conocer este estado de vida, fue realizada por nuestro Arzobispo en el segundo semestre del año 2019. La formación debió iniciarse en el año 2020, pero se postergó debido a la pandemia.

Superada ésta, en el segundo semestre del 2022 se inició el proceso de formación, que consta de un trimestre Propedéutico y seis ciclos semestrales de estudios, en los cuales las candidatas reciben cursos de Sagradas Escrituras, Patrología, Teología, Liturgia, Moral, Historia de la Iglesia, Espiritualidad, Doctrina Social de la Iglesia, Psicología de la Vida Consagrada y otras materias dictadas por profesores, varones y mujeres, con títulos eclesiásticos en las respectivas especialidades.

En la actualidad son 34 las candidatas que vienen siguiendo ese proceso, las cuales se preparan ahora para participar en el retiro espiritual que tendrá lugar del viernes 30 de agosto al domingo 1 de septiembre y será dirigido por el R.P. Antonio Bellella, CMF, que vendrá desde España con esa finalidad.

La consagración de vírgenes y viudas se remonta a los primeros siglos de la Iglesia, pero con el surgimiento de la vida monástica y, posteriormente, de las congregaciones religiosas de mujeres, fue eclipsándose paulatinamente, hasta su recuperación gracias al Concilio Vaticano II. Son mujeres que, permaneciendo en las condiciones ordinarias de la vida laical, asumen la virginidad perpetua por el Reino de los Cielos en el seno de su Iglesia particular y, consagradas por su Obispo, viven una particular relación esponsal con Cristo y participan, desde su específico estado de vida, en diversas dimensiones de la misión de la Iglesia.